lunes, 13 de octubre de 2008

Viaje al país del ajedrez (4 y final).


Estuve unos días por el norte de la isla. Cuando pasábamos cerca de alguna granja o de alguna iglesia, a menudo Eiriksson me decía: "el granjero juega en tal club, o el cura es jugador de ajedrez..." En estos días de tribulaciones financieras, el primer ministro ha salido a menudo en la tele, y Eiriksson me comentó que había jugado contra él en una competición escolar, hace muchos años. Cosas de este pequeño país, lleno de ajedrecistas. Curiosamente, cuando volví a Reykjavik, tuve ocasión de cruzarme por la calle con el Primer Ministro. Como lo imaginé muy ocupado con la catástrofe financiera, no me paré a preguntarle por su afición al ajedrez.
El miércoles, 8 de octubre, di una conferencia en Akureyri sobre los descubrimientos de Garzón sobre el libro de Vicent y el poema "Scachs d'amor" que demuestran, sin lugar a dudas que Valencia fue la cuna del ajedrez moderno. A pesar de mi mal inglés y de que no había traído material específico, creo que la conferencia gustó a los aficionados a la Historia del Ajedrez de la costa norte.
El último sitio que visité en la capital, antes de volver a casa, fue el Sport Hall (Laugaerdalur) de Reykjavik. Allí se jugó el "match del siglo". Aunque no hay ningún museo ni exposición dedicada al tema, el portero vio mi interés y me abrió lo que fue la sala de juego. Me explicó dónde estaba el público y me mostró el hueco a través del que hubo que sacar la cámara ante las protestas de Fischer.En la penumbra, paseé un ratito por el escenario sobre el que jugaron Fischer y Spassky. Mi viaje había acabado. Era el momento de volver.

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