domingo, 5 de octubre de 2008

Viaje al país del ajedrez (1)

Mi equipaje se quedó retrasado en Copenhague, así que en Reykjavik, tuve que enfrentarme a la nevada nocturna con mi ligera ropa valenciana. Como buen aragonés, resistí el frío y maldije a Icelandair. Llegué al hotel pasadas las dos de la manyana. No tiritaba por orgullo.
El bar estaba cerrado; pero cuando le comente al de recepcion que yo era un jugador del club de ajedrez Akureyri, fue muy amable conmigo y me sirvió una de las mejores copas que me he tomado en la vida (y han sido muchas).
Al dia siguiente, cuando se lo conté a mi amigo Sigurdur, me explicó que el de recepción también es jugador de ajedrez. "Creo que es maestro internacional; pero hace tiempo que no juega", me explicó como quien no quiere la cosa. Este país extraño, esta roca en medio del Atlantico, es el país del ajedrez...

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