martes, 20 de diciembre de 2011

Ajedrez en los USA (3 y final).


Chicago es una ciudad de unos 3 millones de habitantes. Durante el invierno, un viento frío que viene del lago Michigan barre sus calles. Mi primera mañana allí, amaneció nevando. Así que me dije a mí mismo que, en esas condiciones, no habría ajedrez en ningún parque y me olvidé del tema.

Había quedado a cenar con una gente muy amable que conocí en el viaje hacia allí. Como tenía tiempo, decidí ir andando con la ayuda de un buen mapa a donde me habían citado. Y casualidades de la vida. Callejeando callejeando, acerté a pasar por el único sitio donde quizá se juega al ajedrez en la “Windy City” en invierno. Una cafetería muy grande en Wells St con North Av, cerca del Museo de Historia. Yo no buscaba al ajedrez pero el ajedrez me buscaba a mí. Al ver varias partidas con reloj, no pude evitar entrar.

En seguida, un afroamericano alto, me dijo de jugar. Me explicó parsimoniosamente lo relativo al reloj y me ofreció jugar con 5 minutos míos contra 2 suyos, a dólar la victoria. “One buck”, dicen en su jerga. Yo puse cara de tonto (vamos, la que tengo), le dije que tenía algo de prisa y que solo podía jugar 4 partidas. Ardía de curiosidad por ver el nivel de la gente que hace del blitz un medio de vida. “Touched piece, moved pieced” insistía. Tablas en la primera (yo tenía la mano un poco torpe) y 2 victorias mías en las siguientes. El tipo se mosqueó un poco. “You are cheating me, you're a strong player”. Me ofreció doble o nada en la cuarta, con 5 minutos cada uno. Me ganó y se conformó un poco. Nos despedimos hasta otro día y me tocó correr para llegar a Wrightwood Av, donde había quedado.

Durante mi última tarde en Chicago, decidí volver. El tipo estaba dando unas clases a un blanco. En cuanto, me vio, paró la clase y me ofreció jugar. Yo venía dispuesto a gastarme un poco de dinerito, pero jugado con el mismo tiempo, así que le dije que jugáramos un match con ventaja para mí. El insistió en partidas sueltas, a dólar la partida. Pero yo tuve un buen día. Empezamos con dos tablas (ya sabéis que es mi especialidad incluso en blitz), pero pronto empecé a sacar ventaja. Le volví loquito con mis recetas contra la Escandinava y le sequé bastante fácil las inglesas que planteó. El tipo era mejor táctico que yo (algo no muy difícil), pero jugaba demasiado rápido para contrarrestar mi iniciativa y mis ventajillas en las aperturas. Después de dos horas divertidas y vibrantes, con chistes y bromas en inglés y en español, cuando llevaba un +5 a mi favor y habíamos congregado a la parroquia habitual alrededor del match, decidimos dejarlo. Me pagó por debajo de la mesa y con una sonrisa sincera me dijo que me esperaba algún día en la North Av Beach, donde juega habitualmente, cuando el invierno no aprieta tanto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, soy Pepe Roca. Solo deciros que he disfrutado mucho leyendo tus experiencias ajedrecísticas en los USA. Cuando voy a una gran ciudad de turismo, siempre pienso que me gustaría hacer algo parecido y al final lo descarto, mis acompañantes (mujer y niños) no se lo tomarían demasiado bien ... Quizás para el próximo viaje. Saludos,