Según hemos sabido, el Maestro José Coret falleció el pasado lunes.
En sus últimos años como jugador en activo, tuvimos la suerte y el honor de que el Maestro militara en nuestras filas. Contribuyó a que lográramos los mejores resultados de la historia del club hasta entonces. Formó parte del primer equipo del Mislata que participó en un Campeonato de España. Y nos enseñó mucho ajedrez a todos. Por desgracia, una grave enfermedad le obligó a dejar el ajedrez y lastró los últimos años de su vida.
Para los jóvenes ajedrecistas de hoy en día es difícil imaginar en que hubo un tiempo sin bases de datos ni motores de análisis. Un tiempo en que era difícil encontrar incluso un buen libro de aperturas. La brecha entre aficionados y profesionales parecía insalvable. El Maestro José Coret, a base de trabajo y de talento, fue capaz de sobreponerse a esas carencias. Profundizó muchísimo en varios esquemas de apertura, tenía una fuerza práctica impresionante y era capaz de batirse con cualquier rival en cualquier tipo de partida. Se prodigaba en artículos, revistas amateurs y clases. Durante años, fue el Maestro por excelencia del ajedrez valenciano. Era el más apasionado de los atrapados por esta pasión infinita.
Era socarrón e ingenioso, amable y justo, buen contador de historias en las inolvidables sobremesas que compartimos, en Barcelona o en Mislata. Todos los que competimos contra él o junto a él, lo recordaremos siempre. Descanse en paz, Maestro. Allá donde esté, seguro que está analizando alguna oscura línea de la India de Rey o la Italiana.
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